lunes, 21 de diciembre de 2009

Lerdismo e Intolerancia

Anoche escuchaba una entrevista que realizo, hace ya algunos mese, una televisión autonómica a Concha Buika, una de las mejores cantantes que tenemos en nuestro país, una mujer autentica que canta, como no podría ser de otra manera, auténticamente. Bueno el caso es que durante la entrevista el presentador introdujo el tema de los políticos y esta señora en su más intima sinceridad confeso que no se preocupaba mucho por ellos por ellos. Le preguntaban si pensaba que los políticos eran “algo que tenía que estar ahí” y ella contestaba “si yo no siento nada cuando oigo hablar a los políticos no creo que ellos sientan nada al escucharme a mí…….”.

Esto es exactamente lo que está pasando en nuestro país, la gente acepta a los políticos como algo que esta hay porque tiene que estar pero no sienten nada y no escuchan nada, lo cual no me extraña porque para lo que tenemos que escuchar. En las últimas semanas junto con la polémica consulta nacional para la independencia (la cual ha sido todo un éxito según los sectores nacionalistas a pesar de su escaso 30% de participación y eso que han estirado el censo a los inmigrantes y mayores de 16 años) hemos asistido al planteamiento sobre la posible prohibición de los toros en la Cataluña.

¡Bueno no pretendo recoger una opinión crítica sobre la fiesta ni hacer una enumeración de los argumentos a favor ni en contra porque ya de sobra los conocemos todos , simplemente me gustaría denunciar dos cuestiones que me tiene abrumado; en primer lugar me supera el radicalismo y la intolerancia en la que se está intentando adoctrinar a la ciudadanía. y por otro me tiene impresionado las tendencias prohibitivas de este gobierno autonómico.

No es de extrañar que estos proyectos soberanistas cada vez tengan menos eco en la población, a pesar del adoctrinamiento y de la intensa “guerra de las palabras”, como llamo Sartori a esa tendencia intencionada de vacía a los conceptos de significado real con la finalidad última de provocar sentimientos viscerales, y que cada vez veamos a los políticos más lejanos, personas que no despiertan ningún interés y cuyos discursos no encuentran eco mas allá de aquellos reductos donde ven un interés directo en su promoción.